Colchones

La vida útil de un colchón está aproximadamente entre los 8 y 10 años, aunque depende mucho de la calidad del mismo, los cuidados que le hayas dado y la frecuencia con la que se utilice.

Un colchón antiguo acumula suciedad como ácaros, polvo, células muertas de la piel u otros microorganismos que pueden afectar a la calidad del sueño e incluso pueden generar alegrías, perjudicando tu salud.

Además, con el tiempo tus necesidades de descanso y las propiedades principales que ha de tener tu colchón también pueden cambiar. Lo que era cómodo y adecuado para dormir hace algunos años, puede no serlo en la actualidad. Cambiar de colchón cada 8 años es una buena práctica para asegurarnos de que estamos durmiendo en una superficie limpia y cómoda que se adapta a nuestras necesidades actuales. Además, los materiales de los colchones se desgastan con el uso diario, lo que puede causar hendiduras, deformaciones y puntos de presión incómodos si no son de gran calidad.

A la hora de comprarte un colchón tienes que tener en cuenta:

- Posición al dormir: Es fundamental tener en cuenta tu posición al dormir, diferentes posiciones requieren diferentes niveles de firmeza y soporte del colchón. 

• Si duermes boca arriba, es recomendable optar por un colchón más firme que te proporcione una buena sujeción y mantenga tu columna vertebral en una posición neutral.
• Si duermes de lado, es mejor elegir un colchón más suave que permita que tus hombros y caderas se hundan un poco, para evitar puntos de presión en esas áreas sensibles.
• Si duermes boca abajo, advertirte que no es la mejor postura según los expertos. Para disminuir los efectos negativos de esta postura al dormir es recomendable un colchón con una firmeza intermedia o medio blanda, que no prima en exceso el movimiento natural del estómago al realizar la digestión o de los pulmones al expandirse y comprimirse.

- Peso: Tu peso también es un factor importante a tener en cuenta al elegir un colchón. Si pesas bastante, necesitarás un colchón firme para proporcionar el soporte adecuado a tu cuerpo y evitar que te hundas demasiado en el colchón. Si eres más ligero, un colchón más suave puede ser adecuado para ti. Ten en cuenta que si optas por un colchón de matrimonio la firmeza del colchón ha de ser marcada por la persona cuyo peso sea mayor.

- Movimiento: Si te mueves mucho durante la noche, es recomendable elegir un colchón que permita una mayor facilidad de movimiento. Un colchón más firme te permitirá moverte con mayor facilidad, mientras que un colchón más suave puede hacerte sentir como si te estuvieras hundiendo en él y dificultar el cambio de posición.

- Calor al dormir: si eres de los que pasa calor al dormir o vives en sitios calurosos, lo más conveniente es un colchón de muelles ensacados. Los colchones de muelles son más transpirables y facilitan la circulación del aire. Si, por el contrario, eres friolero o vives en lugares fríos, te recomendamos un colchón viscoelástico, de espuma o látex, estos materiales guardan más el calor al dormir.

- Alergias: Si eres alérgico al polvo o tienes problemas respiratorios, te recomendamos elegir un colchón hipoalergénico que evite la acumulación de ácaros y otros alérgenos. Los colchones de espuma o látex son ideales para este fin, ya que su estructura no permite la acumulación de ácaros y otros microorganismos que pueden provocar reacciones alérgicas.

- Durabilidad: Por último, es importante tener en cuenta la durabilidad del colchón que vas a comprar. Un buen colchón debe durar al menos unos 8 años, por lo que elige uno de alta calidad que esté diseñado para soportar el uso diario y el paso del tiempo. Investiga la marca y modelo del colchón que te interese, lee reseñas o consulta a nuestros expertos por chat o teléfono. ¡Estaremos encantados de ayudarte!

Si aún así no lo tienes del todo claro, en cada producto podrás encontrar un “test de alivio de presión”, en el que te indicamos según tu volumen y postura al dormir, una valoración de 1 al 10 del alivio de la presión que podrás obtener, junto con un video de ejemplo para cada caso. ¡Más fácil imposible!

Elegir un colchón de muelles o un colchón viscoelástico va a depender principalmente de tus gustos y necesidades.

A continuación te decimos las principales ventajas e inconvenientes de cada material, para que tengas más claro por cuál de ellos te quieres decidir.

Colchones de muelles:

Ventajas:

• Son muy transpirables.
• Pesan poco.
• Tienden a ser más firmes.
• Se pueden combinar con otros materiales como la viscoelástica.

Inconvenientes:

• Son más caros que los viscoelásticos.
• No se adaptan del todo bien al cuerpo.

Colchones viscoelásticos:

Ventajas:

• Son más baratos.
• Se adapta bien al cuerpo.
• Duran más años.
• Evitan los puntos de presión.

Inconvenientes:

• Dan más calor que los de muelles.
• Poca transpirabilidad.
• Pesan más.

Es recomendable cambiar de colchón cuando se empieza a sentir incómodo o cuando se presentan señales de desgaste. Si no estás del todo seguro si ha llegado el momento de cambiar tu colchón deberías de hacerte las siguientes preguntas:

• ¿Hace ruido cuando te mueves?
• ¿Se te clava algún muelle cuando te tumbas?
• ¿Te vas hacia el centro de la cama sin quererlo?
• ¿La superficie está en buenas condiciones?

Si has contestado sí a alguna de las preguntas anteriores, lo más probable es que haya llegado la hora de cambiar tu colchón. En general, es importante prestar atención a la calidad del sueño y a cualquier molestia o problema que pueda estar relacionado con el colchón. Un colchón debe estar en óptimas condiciones para ser utilizado y que sea beneficioso para nuestra salud, de no ser así, las consecuencias pueden ser dolores de espalda, tensión articular u otras lesiones.

Si estás buscando un colchón nuevo, es fundamental que conozcas los diferentes tipos que existen y sus características para que puedas elegir el que mejor se adapte a tus necesidades y disfrutar de un descanso reparador.

Si eres una persona con molestias o propenso a dolores articulares o musculares como contracciones, los colchones viscoelásticos, son conocidos por su capacidad de adaptación a la forma del cuerpo y su efecto memoria. Aclaran que no se trata de un material, sino de una propiedad que se le da a las espumaciones, por lo que obtiene todas sus ventajas, mejorando su adaptación. Estos colchones se amoldan a la forma de tu cuerpo y te brindan una sensación de ingravidez al dormir, perfectos para ayudarte a tener un descanso profundo y reparador.

Los colchones de látex se caracterizan por su resistencia y durabilidad del material, lo que ayuda a proporcionar una gran firmeza y soporte para el cuerpo. El látex es un material natural que se adapta a la forma del cuerpo y es especialmente transpirable, haciéndolo ideal para personas que buscan un colchón fresco y que no retenga el calor, así como para aquellos que buscan un soporte firme para su columna vertebral y que sufren de alergias.

Los colchones de espuma, también conocidos como colchones de memoria, se adaptan a la forma del cuerpo y distribuyen el peso de manera uniforme. Han evolucionado mucho durante los últimos años, logrando espumas de HR (High Resilience) y de alta calidad con una densidad superior a 35 kg/m3. Si tienes un presupuesto más limitado, buscas un colchón para una segunda residencia o para un piso de alquiler puede ser una excelente opción.

En este sentido, también se pueden encontrar los colchones de muelles tradicionales, compuestos por un sistema de muelles interconectados que proporcionan un buen soporte y firmeza. Son recomendados para personas que buscan un colchón firme y resistente, y que no necesitan una gran adaptación al cuerpo.

La evolución de estos muelles tradicionales son los colchones de muelles ensacados, que son muy populares gracias a su gran capacidad de adaptación al cuerpo. Estos colchones cuentan con una gran cantidad de muelles ensacados individualmente que se mueven de manera independiente, lo que proporciona un soporte personalizado para cada parte del cuerpo. Son ideales para aquellas personas que les parece que los colchones de viscoelástica se hunden en exceso y los de látex les parecen muy suaves. Este tipo de colchones se adaptarán al cuerpo evitando esa sensación de quedarse clavado y además, proporcionarán un buen soporte lumbar.

Para asegurarte de que tu colchón dure más tiempo, es importante seguir algunos consejos de cuidado. Somos conscientes que el colchón puede ser una gran inversión, especialmente si estás buscando una opción de alta gama que proporcione la mejor comodidad posible. Por lo que queremos ofrecerte algunas recomendaciones que te ayudarán a cuidar adecuadamente tu colchón y a prolongar su vida útil.

Primero, es importante que protejas tu colchón con una buena funda. Las fundas o cubrecolchones son una excelente manera de proteger tu colchón de manchas y derrames, y también pueden ayudar a prevenir la acumulación de polvo y ácaros. Asegúrate de elegir una funda que sea transpirable y lavable para una mayor comodidad y una fácil limpieza.

También es esencial que cambies y laves la ropa de cama regularmente. Las sabanas especialmente pueden acumular sudor y aceites corporales, lo que puede dañar la calidad de tu colchón con el tiempo. Asegúrate de lavar las sábanas, fundas de almohada al menos una vez a la semana.

Mantener tu colchón limpio también es crucial. Aunque no necesitas limpiarlo regularmente, si ves manchas en el colchón, asegúrate de limpiarlas inmediatamente. Para manchas más difíciles, puedes utilizar un limpiador de alfombras y aspiradora para eliminar la suciedad y la humedad.

Otro consejo que solemos dar a nuestros clientes para cuidar su colchón es rotarlo con frecuencia. Dependiendo del modelo del colchón, es posible que debas girarlo cada pocos meses o cada seis meses. Esto ayudará a distribuir el peso de tu cuerpo de manera uniforme en el colchón, lo que puede ayudar a prevenir la aparición de hundimientos y depresiones.

Por último y uno de los consejos más complicados de cumplir si tienes niños en casa se trata de no saltar sobre ellos. Esto puede causar daños en las bobinas y las capas internas del colchón, lo que puede reducir su vida útil.