En los tiempos que corren todos en algún momento hemos experimentado dificultades para dormir. Noches en blanco en las que permanecemos despiertos pensando en el futuro, el trabajo, los niños… A menudo son esas preocupaciones diarias, así como las cosas que tenemos por hacer, lo que nos impide conciliar el sueño. No es raro empezar a pensar sobre las cosas importantes de nuestra vida cuando nos tumbamos en la cama. De hecho, puede que sea el primer momento de quietud del día. El problema es que solo vamos a conseguir ponernos nerviosos e intranquilos, posponiendo el momento del sueño. Existen algunas técnicas de relajación que pueden ayudarte a entrar en ese modo noche.
«Tras dos o tres noches de mal descanso empezamos a estar más abotargados, lentos y menos alerta. También provoca que estemos emocionalmente menos estables y que reaccionemos desmesuradamente hacia cosas que normalmente no supondrían nada."
Dormir es fundamental para nuestra salud mental y física. La cantidad de sueño que tenemos incide manera directa en nuestra capacidad de asumir retos, enfrentar los problemas y sentirnos felices y satisfechos. Si el trabajo u otros motivos te inquietan a la hora de dormir, es el momento de tomar cartas en el asunto y aprender a relajarte.
Técnicas de relajación para dormir mejor
Pon límite al trabajo
O lo que eso lo mismo, deja el trabajo fuera de la cama. Para ello, es positivo realizar alguna tarea que nos guste entre el final de la jornada laboral y la hora de acostarnos. Necesitamos que nuestro nivel de adrenalina se normalice antes de intentar dormir, para que nuestro cerebro sea capaz de romper con el estrés laboral.
Quedar con algún amigo, jugar con los hijos, leer, ir al gimnasio… Cualquier actividad que nos aleje del «modo trabajo", que calme nuestra mente y nos prepare para descansar.
Rutinas
Hemos hablado sobre la importancia de las rutinas antes de acostarse en otras ocasiones. El cuerpo humano se habitúa a ciertas costumbres y horarios. Por eso, crear ciertos rituales diarios ayudará a nuestra mente a prepararse para el descanso. Por ejemplo, una rutina antes de dormir puede ser cenar, recoger los platos, ponerse el pijama y leer un rato.
«Si practicas tus rutinas de una forma consistente, cada vez tu cerebro encontrará más fácil el camino hacia ese estado de relajación en el que los problemas diarios quedan apartados."
Una vez en la cama, podemos aplicar distintas técnicas de relajación como el método de la escalera, el 4-7-8…
Fuera dispositivos y otras distracciones
Nuestras mentes absorben todo lo tienen alrededor. Los dispositivos electrónicos alteran nuestro sueño al provocar una sobre estimulación que puede llevar a cierto estrés. Estar comprobando el móvil, viendo películas o noticias violentas… Sólo estaremos consiguiendo salir de ese estado de tranquilidad añadiendo estrés y ansiedad.
Puede parecer difícil prescindir de la tecnología antes de dormir. Pero si lo intentas durante unos días, comprobarás que no sólo te quedas dormido más rápido; también lo harás más profundamente.
Tu dormitorio es tu templo
La hora de dormir debería ser siempre algo que esperamos con ganas. Invertir en un buen equipo de descanso adecuado, ropa de cama suave y confortable, un buen edredón… De esta forma estaremos deseando que llegue el momento de acostarnos. Y no solo eso, el ambiente importa, y mucho. Mantén la habitación ordenada, limpia y ventilada.
Además, se debería evitar comer o trabajar en la cama. De esta manera nuestro cerebro asocia la cama únicamente al descanso.
Vacía tu mente
Una técnica que a algunas personas les funciona es tener un cuaderno al lado de la cama. A muchos de nosotros nos ocurre que en el momento que ponemos la cabeza en la almohada nos empiezan a llegar cientos de pensamientos que nos impiden relajarnos. Anotando esos pensamientos según llegan nos estamos asegurando de tenerlos ahí por la mañana, que no los olvidaremos. Es una forma de quitar estrés a nuestra mente, vaciándola en la medida de lo posible.
Si todo falla, levántate
Si pasados 20 minutos no has conseguido relajarte y conciliar el sueño, levántate y cambia de estancia. Dar vueltas en la cama solo te pondrá más nervioso. Realiza alguna tarea relajante, leer, por ejemplo. De esta forma estarás alejando tu mente de eso que te preocupa.