Cada vez son más las personas que se decantan por usar un edredón para las noches más frías del invierno. Son ligeros y muy cómodos, ya que evitamos usar muchas capas que a veces resultan agobiantes. En el mercado vamos a encontrar edredones de diversos tipos. Rellenos nórdicos con fundas intercambiables, el edredón tradicional, que se usa con una sábana encimera y el edredón ajustable, que permanece siempre en su sitio. Hoy vamos a ver por qué merece la pena utilizar uno de estos últimos.
Ventajas del edredón ajustable
Siempre en su lugar
Según nos vamos haciendo mayores tendemos a no movernos tanto por la noche. De esta forma es más difícil que la ropa de cama se descoloque. En el caso de los niños el uso de un edredón ajustable puede ser una gran idea para evitar que se destapen por la noche. Van a dormir mejor y no se despertarán con frío en mitad de la noche.
Además, durante el día estos edredones permanecen perfectamente colocados aunque se salte sobre la cama o se utilice para jugar o leer. Esto los hace aún más ideales para los dormitorios infantiles.
Perfectos para camas nido
Si tienes una cama nido en tu casa, más de una vez te habrás visto con problemas para guardarla sin que se arrugase el edredón. Con un edredón ajustable esto ya no te pasará más, al quedar perfectamente acoplado al colchón.
Hacer la cama es muy fácil
No hay que volverse loco estirando de cada esquina para que quede perfecto. Los edredones ajustables cuentan con unas gomas en su parte inferior que lo tensan. Es especialmente cómodo en el caso de literas o camas elevadas, donde hacer la cama a veces resulta complicado.
No cuelga por los lados de la cama
Dependiendo del gusto de cada uno, hay gente que no le gusta que el edredón cuelgue a ambos lados de la cama y remeterlo cada día les supone demasiado. Con un edredón ajustable se termina el problema, ya que quedará siempre en su sitio y totalmente acoplado al colchón.