El estrés es algo que en mayor o menor medida nos afecta a todos. Puedes experimentar síntomas del estrés cuando intentas poner orden entre tus hijos, o en el trabajo, cuando hay problemas financieros o una relación de pareja difícil. El estrés se puede producir por cualquier cosa. Lo cierto es que un poco de estrés no es nada malo, de hecho puede ser hasta beneficioso. El problema surge cuando esos niveles de estrés se elevan tato que perjudican nuestra vida y nuestra salud.
La primera medida a tomar es reconocer los síntomas del estrés. En ocasiones identificar esos síntomas puede ser más difícil de lo que parece. Muchos de nosotros estamos tan habituados a vivir con altos niveles de estrés, que somos incapaces de verlo hasta que llegamos a un punto crítico.
¿ Qué es el estrés ?
El estrés es la reacción de nuestro cuerpo ante situaciones perjudiciales (reales o no). Cuando nos sentimos amenazados, en el cuerpo se produce una reacción química que le permite actuar para evitar los daños. Esta reacción es conocida como «lucho o huida" o respuesta de estrés agudo. En ese momento, el ritmo cardíaco se incrementa, la respiración se acelera, los músculos se tensan y la presión arterial sube. Es la forma del cuerpo de auto protegerse.
El estrés no significa lo mismo para las distintas personas. Lo que para alguien es muy estresante, para otro puede no suponer absolutamente nada. También hay personas que saben manejar el estrés mejor que otras. Además, en pequeñas dosis el estrés puede ser beneficioso, motivándote a terminar tareas o manteniéndote a salvo. Por ejemplo, la reacción de pisar el freno del coche a fondo para evitar una colisión es producida por estrés.
Estamos preparados para sobrellevar esas pequeñas dosis de estrés. Pero no para soportar un alto nivel de estrés durante mucho tiempo. Si estás experimentando cualquiera de estos síntomas, busca ayuda inmediatamente.
¿ Cuáles son los síntomas del estrés ?
El estrés puede afectar a todos los aspectos de tu vida. Las emociones, el comportamiento, la claridad mental, el sueño y la salud física se pueden ver comprometidos por el estrés. Ya que cada persona lidia con el estrés a su manera, los síntomas del estrés pueden ser muy variados. En ocasiones pueden ser muy vagos y similares a los que produce una enfermedad. Por eso siempre es muy importante que consultes con tu médico cualquier síntoma que estés experimentando.
Podemos distinguir entre cuatro tipos de síntomas del estrés: emocionales, físicos, psíquicos y de comportamiento.
Síntomas del estrés emocionales
- Te agitas con facilidad, sintiéndote frustrado y de mal humor.
- Te sientes sobrepasado, como si estuvieras perdiendo el control.
- Tienes dificultad para relajarte y tranquilizar tu mente.
- Baja autoestima, te sientes solo, sin valor y deprimido.
- Evitas el contacto con otros.
Síntomas del estrés físicos
- Bajo nivel de energía.
- Dolores de cabeza.
- Malestar estomacal, incluyendo diarrea, estreñimiento y náuseas.
- Dolores y tensiones musculares.
- Dolor de pecho y ritmo cardíaco acelerado.
- Insomnio
- Resfriados frecuentes.
- Pérdida de deseo sexual.
- Nerviosismo y temblores, manos y pies fríos o sudorosos.
- Boca seca y dificultad para tragar.
- Mandíbula rígida.
Síntomas del estrés psíquicos
- Preocupación constante.
- Desorganización y tendencia a olvidar las cosas.
- Incapacidad para centrarse.
- Poca capacidad de juicio.
- Estar muy pesimista y ver solo la parte negativa de todo.
Síntomas del estrés que afectan al comportamiento
- Cambios en el apetito: mucho o nada en absoluto.
- Procrastinar y evitar las responsabilidades.
- Aumento del uso del alcohol, tabaco u otra drogas.
- Comportamientos que exhiben nerviosismo: morderse las uñas, inquietud en piernas o brazos…
¿ Cuáles son las consecuencias del estrés a largo plazo?
Tener un poco de estrés de vez en cuando no es nada que deba preocuparnos. Sin embargo, un estrés excesivo y mantenido en el tiempo puede provocar problemas serios de salud. Estos son algunos de ellos:
- Problemas mentales: depresión, ansiedad, y desórdenes de personalidad.
- Enfermedades cardiovasculares: tensión alta, arritmias, ataques al corazón…
- Obesidad y desórdenes alimenticios.
- Disfunciones sexuales.
- Problemas de piel y cabello: acné, psoriasis, eccema y pérdida permanente de cabello.
- Problemas gastrointestinales: ardores, gastritis, colitis ulcerosa o colon irritable.
