El uso de literas es cada vez más popular gracias al ahorro de espacio que supone. Además a los pequeños de la casa les parece un mueble divertido y muy atractivo. Pero una litera infantil entraña algunos riesgos que hay que prevenir. Esto sólo se consigue asegurándonos de que la litera elegida cumple con las normas de seguridad vigentes. Y si las excede, aún mejor.
La European Injury Database (IDB) de la Unión Europea estima que cada año unos 19.000 niños de entre 0 y 14 años sufren lesiones relacionadas con las literas lo suficientemente graves como para acudir a urgencias. Por lo general se trata de lesiones menores que no revisten gravedad, pero hay casos más graves que hay que evitar.
Cómo debe ser una litera infantil
Barandillas
La litera infantil debe disponer de barandillas en sus cuatro costados. Éstas deben estar atornilladas o firmemente sujetas a la estructura para prevenir caídas.
Distancias de seguridad
El espacio entre el bastidor de la litera y el inicio de la barrera protectora no debe ser mayor de 7,5 centímetros. Y entre los barrotes tiene que haber como máximo 7 centímetros de distancia.
Las barreras protectoras tienen que sobresalir un mínimo de 16 centímetros por encima del colchón para evitar que el niño pueda caerse.
Somier
En una litera infantil el somier debe ser de láminas y estar fijado a la estructura.
Escalera
La escalera ha de ser fija y situada el el lado más largo de la litera. Se evita así que se desplace cuando el niño la está utilizando, lo que podría suponer riesgo de caídas.
Versatilidad
En el caso de que los niños aún sean muy pequeños para usar literas, es recomendable elegir una litera infantil que pueda descomponerse en dos camas individuales. De esta forma podremos convertirlas de nuevo en literas cuando los pequeños tengan la edad adecuada. Los niños menores de 6 años nunca deberían dormir en la litera superior.
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.