Son muchas las personas que sufren de dolores en la espalda, y a menudo resulta difícil dar con un remedio adecuado. Cuando hablamos de cómo quitar el dolor de espalda a menudo pensamos en un fisioterapeuta como solución. Y es una solución estupenda, pero temporal si no cambiamos aquello que nos provoca el dolor. Tras unos días de la visita a la consulta volveremos a estar como el principio.
Por eso, tan importante como tratar el dolor es prevenirlo. La espalda es el soporte del cuerpo, la que nos mantiene erguidos y soporta gran parte de nuestro peso. Por eso es de vital importancia cuidarla y mantenerla sana y en forma.
Cómo quitar el dolor de espalda
Ayuda a tu cuerpo a segregar endorfinas
Las endorfinas son hormonas que el cuerpo segrega de manera natural. Pero lo que la mayoría de la gente ignora es que pueden ser tan efectivas contra el dolor como un medicamento. Cuando las endorfinas se liberan en el cuerpo, ayudan a bloquear las señales de dolor que van hacia el cerebro. Además también ayudan a mejorar la ansiedad, el estrés o la depresión, que suelen estar asociados al dolor de espalda y hacerlo aún peor.
Para aumentar la cantidad de endorfinas podemos realizar diferentes actividades adapatadas a la edad y condición física: Ejercicio aeróbico, meditación o terapias manuales (masajes).
Duerme lo necesario
Y no solo eso, hay que dormir el tiempo suficiente y además, hacerlo bien. Aproximadamente dos tercios de las personas que sufren dolor crónico de espalda, tienen algún trastorno del sueño. Paradójicamente, un mal descanso empeora el dolor de espalda, por lo que entramos en un círculo del que es complicado salir.
Para solucionarlo lo primero es contar con un buen equipo de descanso, tener unos hábitos regulares y probar distintas técnicas que nos ayuden a relajarnos y a dormir mejor y más profundamente.
Ejercita tu core
Seguramente hayas oído hablar del «core". Esta palabra significa núcleo o centro y se refiere a toda la zona muscular que envuelve el centro de gravedad de nuestro cuerpo. Lo componen los músculos oblicuos, el recto abdominal, el suelo pélvico, el diafragma, el multifidus y el músculo transverso abdominal. Todos estos músculos en conjunto juegan un papel importantísimo en el soporte de nuestra columna.
Lamentablemente, no se trata de musculatura que ejercitemos a diario de forma natural, por lo que hay que hacer un entrenamiento específico. La buena noticia es que hay una gran variedad de ejercicios que puedes incorporar a tu rutina diaria y que no te llevarán más de veinte minutos. Para comenzar puede ser suficiente con sentarte en una pelota sueca unos treinta minutos al día. El esfuerzo que realizarás para mantenerte erguido ya estará tonificando y trabajando tu core.
Aplica terapia de frío o calor
Siempre hemos sabido que la terapia con frío o calor puede ayudar a aliviar hinchazón y otros dolores. También puede ser muy efectiva en el dolor de espalda, mitigándolo y ayudando a una recuperación más rápida.
La terapia con frío reduce la inflamación y actúa como un anestésico local adormeciendo los impulsos nerviosos. Por otro lado, la terapia con calor, incrementa el flujo sanguíneo. Con esto conseguimos que más nutrientes lleguen a la zona ayudando a la curación. El calor se puede aplicar de muy diversas formas; lo importante es que se produzca una aplicación no demasiado caliente y constante.
Estira tus músculos isquiotibiales
A menudo se trata de una musculatura ignorada en lo referente al dolor de espalda. Son los músculos situados en la parte trasera de los muslos, y si están muy tensos, las articulaciones sacorilíacas y la espalda baja sufrirán estrés. Esto nos causará aún más dolor. Lo adecuado sería estirar al menos un par de veces al día esa zona.
