El ritmo de vida acelerado de la sociedad actual, complica eso de descansar bien. De hecho, hemos perdido de media dos horas de sueño cada noche desde principios del siglo XX. No descansamos bien por las noches y luego durante el día nos pasa factura y echamos de menos una pequeña siesta.
Esa costumbre tan mediterránea que proviene de la época de los romanos (“hora sexta”), se ha convertido en una tradición en muchos países y se ha demostrado que es muy beneficiosa a nivel físico y mental. Diversos estudios han demostrado que descansar un rato reduce el riesgo de padecer infartos de miocardio y disminuye el estrés, previene el envejecimiento y alarga la vida.
Según un estudio de la Asociación Española de la Cama (ASOCAMA) y de la Fundación Educación para la Salud (FUNDADEPS) el 60% de los españoles dice no echarse la siesta nunca. Los que tienen esta costumbre lo hacen en el sofá o en la cama. Y el tiempo medio de descanso es de una hora. Además, echarse la siesta es una costumbre más habitual a partir de los 35 años y más en hombres que en mujeres.
Una siesta corta es suficiente
Veinte o treinta minutos es el tiempo necesario para lograr despejar la mente y descansar. Eso sí, tiene que ser en un lugar fresco y oscuro y libre de dispositivos móviles. No es muy recomendable alargar la siesta ya que puede influir de manera negativa en nuestro descanso nocturno, nos levantaremos con peor ánimo y tendremos sensación de aturdimiento.
La siesta mejora el rendimiento intelectual por la tarde ya que las neuronas vuelven a estar muy activas después de un periodo corto de descanso.
Una siesta en el trabajo
Echarse la siesta es una tradición muy nuestra que ya se está extendiendo a otros países y cada vez son más las empresas que se percatan de los beneficios y ofrecen a sus trabajadores lugares acondicionados para ello. De hecho, en aquellas empresas que han incorporado la siesta hay un aumento de la productividad de sus trabajadores.
Algunas empresas, han incorporado estas salas dentro de sus instalaciones, otras no. Los japoneses, por ejemplo, han creado lugares ajenos a la empresa donde hay cápsulas individuales y colectivas donde los trabajadores pueden disfrutar de 40 minutos de descanso.
Desde ColchónExpres estamos a favor de nuestra costumbre mediterránea por excelencia, es algo que siempre ayuda pero en su justa medida, nada de pasar horas y horas dormitando en el sofá para luego después padecer de insomnio por la noche. ¡Qué viva la siesta!