El dolor de cuello es algo que muchas personas sufren de forma regular. Incluso en ocasiones puede llegar a ser incapacitante y tener consecuencias muy negativas para la salud. Además, puede impedir que conciliemos el sueño con los efectos que esto conlleva. Por eso el uso continuado de una almohada o cojín cervical puede ayudar a mitigar o incluso eliminar ese dolor.
Beneficios de usar un cojín cervical
Mejoran la postura
El uso de una almohada o cojín cervical ayuda mantener la correcta alineación de las cervicales. De esta forma se consigue aliviar las tensiones acumuladas y la rigidez muscular entre cuello y hombros.
Alivian los dolores de cabeza
Una correcta postura del cuello al descansar hace que la circulación se vea también beneficiada. Por tanto esto se va a traducir en menos dolores de cabeza y migrañas.
Cómo debe ser un buen cojín cervical
Densidad y tamaño
Una buena almohada o cojín cervical debe poder doblarse fácilmente. Por lo general su densidad debe ser la adecuada para sostener de forma suave la cabeza y el cuello.
En cuanto al tamaño, también hay que tener en cuenta la forma de dormir de cada usuario, no tiene las mismas necesidades alguien que duerme boca arriba que alguien que duerme de costado o boca abajo. Por lo tanto una almohada demasiado alta para alguien que duerme boca abajo puede forzar el cuello a una posición incómoda, provocando el efecto contrario al buscado.
Existen diversas tallas y medidas. En cualquier caso lo mejor es que consultes a tu experto en descanso a la hora de adquirir tu almohada o cojín cervical.
Tipos de cojín cervical
En base al material con el que se fabrican vamos a encontrar varias clases de almohada cervical.
- Fibra
- Plumas
- Látex
- Viscoelásticos
Cada material tiene unas propiedades específicas, que al igual que en el caso de los colchones nos darán unas prestaciones determinadas.