Hasta no hace mucho tiempo las camas eléctricas estaban relegadas a uso geriátrico y hospitalario. La mayoría de la gente ni siquiera pensaba en la opción de instalar una de estas camas en su dormitorio por considerarlo una inversión innecesaria.
Cada día más personas caen rendidas a las bondades de estos equipos de descanso, por su comodidad, versatilidad y beneficios para la salud.
Los beneficios de las camas eléctricas
Buenas para la circulación sanguínea
Las camas eléctricas articuladas permiten distribuir de forma uniforme el peso del cuerpo, evitando los puntos de presión que pueden ser perjudiciales a nivel circulatorio. Además, al poder elevar las extremidades inferiores, muchas personas verán reducida la hinchazón en esa zona gracias a que se favorece el retorno venoso. Al ajustar los ángulos también se reduce la presión sobre el corazón, beneficiando enormemente la salud.
Previenen problemas cervicales y de espalda
Para algunas personas las camas convencionales a veces aumentan la tensión en esa zona. La posibilidad de regular la postura ayuda a encontrar mejor la posición más cómoda para cada uno. Se consigue un altísimo nivel de confort.
Patologías estomacales
Las camas eléctricas son especialmente útiles en los casos de reflujo gástrico y otros problemas estomacales. Al tener el tronco elevado este problema mejora notablemente.
Versatilidad
Las camas articuladas permiten realizar otra tareas en la cama de forma cómoda. Leer un libro, ver la televisión, trabajar… Lo haremos con el apoyo idóneo y de manera confortable.
Útiles en convalecencias
Si la cama es para una persona convaleciente o que tiene que pasar largos períodos de tiempo en la cama, las camas eléctricas facilitan mucho las tareas de cuidado y hacen mucho más cómoda la vida del paciente. Podrá cambiar de postura fácilmente y variar los puntos de presión para evitar entumecimientos y llagas.
Hacer la cama
Si la cama eléctrica además de articulada cuenta con un motor elevador, la tarea de hacer la cama resultará mucho más fácil.