Decorar dormitorios para niños no es una tarea fácil, sobre todo si se encuentran en edades intermedias o de transición. Para los niños, dormir correctamente es fundamental en su desarrollo y crecimiento. Así, si nos aseguramos de que su dormitorio es un espacio reconfortante para ellos, hará que mejore su descanso. Vamos a ver algunos consejos para decorar los dormitorios de los más pequeños de forma que descansen mejor.
Decorar dormitorios para niños
El color
La cromoterapia es bien conocida por los efectos que tiene sobre nosotros. Con los niños ocurre lo mismo, mediante el color podemos evocar sensaciones, sentimientos y potenciar fortalezas. En los dormitorios para niños los colores que mejor funcionan son:
- Azul: El color azul tiene un efecto calmante. Disminuye la frecuencia cardíaca, la presión arterial y los sentimientos de ansiedad y enfado. Es recomendable usar este color abundantemente para niños con problemas para dormir o de comportamiento.
- Verde: El verde es el color de la serenidad y la salud. Se ha demostrado que el verde mejora la capacidad lectora y la concentración. También ayuda a los pequeños a levantarse más frescos.
- Amarillo: Siempre se ha asociado el amarillo con la motivación y la felicidad. Los tonos más pálidos de amarillos mejoran la concentración, aunque un amarillo demasiado brillante puede fomentar la frustración. Lo mejor es incluir este color en pequeñas dosis en los dormitorios infantiles, en accesorios por ejemplo.
- Rosa: El rosa claro es un color calmante, que invita a dormir. Lo mejor es no pintar todo el dormitorio en este color, ya que los niños tienden a cansarse de él y entonces les provoca ansiedad.
Por otro lado, hay colores que están desaconsejados para los dormitorios infantiles. El rojo, está asociado con el enfado y la falta de concentración, que es justo lo contrario de lo que necesitan para ir a dormir. También el color naranja, pese a estar relacionado con el optimismo, puede resultar demasiado estimulante para un dormitorio infantil.
La distribución en zonas
Los niños utilizan sus dormitorios para dormir, jugar y estudiar. Podemos usar el color para crear esas zonas diferenciadas, en función de la actividad que vaya a realizarse en ellas. El azul es ideal para la zona de la cama, mientras que el verde o el amarillo funcionan para la zona de juegos y estudio.
Dar a los niños espacios claros destinados a ciertas actividades hará que estén más centrados en cada cosa que hacen y a asentar sus rutinas, incluida la del descanso. Tener una zona de dormir que su cerebro asocie a dormir, les condiciona para hacerlo. Esto, sumado a una serie de rutinas que se repiten cada día antes de dormir, hará que los niños se duerman antes y mejor.
Los dormitorios deben estar a oscuras para dormir
Los niños (y los adultos) descansan mejor en la oscuridad. Por eso es importante limitar la cantidad de luz que entra en sus dormitorios por la noche. La luz que entra de la calle, de otras casas o del amanecer, pueden empeorar la calidad del sueño de los niños. Utiliza las persianas para bloquear la entrada de luz exterior.
Sin embargo, muchos niños tienen miedo a la oscuridad. En esos casos podemos poner una luz de noche, a ser posible con luz cálida. Este tipo de luz activa menos el cerebro que la luz blanca.
Mantén el dormitorio ordenado
A nadie le gusta irse a dormir en un dormitorio lleno de trastos y desordenado. A los niños tampoco. Para el descanso, es importante crear un ambiente sereno. La forma más sencilla de asegurar esto en los dormitorios para niños es proveyéndolos de mucho espacio de almacenaje. Cajones, cestas… son muy accesibles para los niños y le ayudarán a mantener sus juguetes en orden. Puedes poner etiquetas en cada uno, e involucrar al niño en el mantenimiento del orden en su espacio.
Cuenta con ellos
El dormitorio de un niño es un espacio muy personal. En el van a crecer y aprender durante años. Por eso, hay que dejar que los niños se involucren en el proceso de diseño de sus dormitorios y que tomen ciertas decisiones. De esta forma estaremos dejando que hagan la habitación más suya.