Si estás cansado de desayunos anodinos y quieres cambiar tu rutina te invitamos a que te quedes a leer este post y pruebes alguna de las recetas que te explicamos a continuación.
Para todas aquellas personas que se levantan si apetito, pero saben que no es bueno que se vayan de casa con el estómago vacío os recomendamos que optéis por prepararos un batido de frutas, que no un smoothie, eso lo dejaremos para más adelante cuando el calor sea insoportable y queráis tomar o servir a vuestros invitados algo original y que no tardéis en hacer.
Los ingredientes principales que necesitaréis son: 1 taza de yogurt natural, ½ taza de avena y la fruta que más os guste, en este caso nos decantaremos por las fresas y añadiremos a la mezcla 160 gramos. Ten en cuenta que dependiendo de la fruta que uses tendrás que echar más o menos. Pon todos los ingredientes en una licuadora y bate hasta que no haya grumos.
“Añade una cucharadita de miel si quieres conseguir una mezcla más dulce”
El consumo de avena ayuda a limpiar las paredes de las arterias, puesto que la fibra retira los depósitos de agua que se acumulan en ellas y que generan problemas cardíacos, como por ejemplo el colesterol. Además, si normalmente se tiene una digestión muy pesada, esta te ayudará a reducir los ácidos biliares, facilitará el tránsito intestinal y evitarás el estreñimiento. Son todo ventajas, puedes comerla de la misma manera que con el batido, pero sin triturarlo, dependerá de si te gusta o no encontrarte trocitos.
Introduce huevo en tus desayunos
No solo estamos hablando de los clásicos huevos revueltos que aparecen en todas las películas americanas y que tanto nos gusta que nos pongan en los bufetes de los hoteles dentro del denominado “desayuno continental”, comer huevo por la mañana de una forma distinta romperá un poco nuestra rutina si es lo que buscamos.
Ahí te van un par de ideas. Vamos a hacer una tortilla u omelette. Pica un poco de pimiento rojo, verde, cebolla y espinacas. En un bol aparte rompe los huevos, añade un chorrito de leche, sal y pimienta al gusto. Ahora junta todos los ingredientes e intégralos. En una sartén antiadherente echa una gota de aceite e incorpora la mezcla, dejando que se dore. Acompáñalo con un zumo de naranja y ya estarás listo para comerte el día.
“Al añadirle leche el sabor será mucho más suave”
Y si no quieres liarte mucho, fríe un huevo. Coge dos rebanadas de pan de cereales (de centeno o con semillas de amapola) y tuéstalas. Unta un poco de aguacate en una de sus caras y pon dos rodajas de tomate, un par de hojas de espinaca y el huevo. Para terminarlo, echa sal y pimienta encima del huevo. Y listo, ya tienes un sándwich sano y apetitoso.
Esperamos que estas ideas te hayan gustado. Déjanos tu opinión en la sección de comentarios inferior o en nuestras redes sociales. ¡Bon appétit!