Para la mayoría de los adultos, las almohadas son una pieza indispensable del equipo de descanso, ya que nos ayuda a descansar al permitirnos mantener una correcta alineación de la espalda y el cuello.
Por ese motivo, son muchos los padres que se preguntan cuándo poner almohada a un bebé. Es normal, ya que si para un adulto es mucho más cómodo dormir con almohada, que pensemos que para un bebé también lo será. Pero la realidad es que el cuerpo de un bebé poco tiene que ver con el de un adulto y el uso de una almohada puede ser hasta peligroso para los más pequeños.
Hoy vamos a ver cuándo poner almohada a un bebé y a un recién nacido.
Los bebés no necesitan una almohada
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos. Por eso, entre las dudas habituales, está el uso de la almohada. La realidad es que el uso de este complemento de descanso está totalmente desaconsejado en recién nacidos y bebés lactantes. Tal y como recomienda la Asociación Americana de Pediatría (AAP) en este post, tampoco es recomendable el uso de edredones , sábanas poco sujetas o en general, cualquier cosa que pueda cubrirles la cabeza de manera accidental y suponer un riesgo de asfixia para el pequeño.
Mención especial a este respecto, merecen las almohadas para prevenir y tratar la plagiocefalia. Siempre han de ser prescritas por el pediatra del niño y no usarse si no es necesario.
Los bebés son físicamente diferentes a los adultos
Pese a que morfológicamente los bebés y los adultos son parecidos: tenemos tronco, cabeza y extremidades, las proporciones son muy diferentes.
Como decíamos, un adulto necesita una almohada para mantener la correcta alineación de la espina dorsal al descansar. Los bebés tienen una cabeza mucho más grande en proporción a sus pequeños cuerpos, y no necesitan un apoyo adicional ni siquiera para dormir de costado o boca arriba. Por descontado, dormir boca abajo está totalmente desaconsejado en los bebés, sobre todo cuando son recién nacidos y no pueden cambiar por ellos mismos de postura, ya que multiplica las posibilidades de sufrir muerte súbita.
Los bebés duermen más cómodos sobre una superficie plana. Cuando están tumbados boca arriba, que es como recomiendan los pediatras que tienen que dormir, su cabeza queda perfectamente alineada con la espalda. Hay que tener en cuenta que sus cuellos son más cortos, y si pusiéramos una almohada bajo la cabeza obligaríamos a esta a estar inclinada hacia delante. Esto, además de comprimir las vías respiratorias con todo lo que conlleva, obliga al cuello a adoptar una forma poco natural.
¿Cuándo poner almohada a un bebé?
En general niños pequeños comienzan a necesitar una almohada cuando sus hombros son más anchos que su cabeza. En ese momento, es cuando pueden necesitar un pequeño apoyo para mantener la alineación de la espalda y el cuello, sobre todo si duermen de costado. Lo normal es que este momento llegue entre los dos y los cuatro años de edad. Aunque, como siempre, cada niño se desarrolla a un ritmo y no todos necesitan lo mismo a la misma edad.
¿Cómo proporcionar el mejor apoyo para sus cabezas?
Como hemos dicho anteriormente, la mayoría de pediatras y neonatólogos coinciden en que está desaconsejado el uso de almohadas entre los más pequeños. Lo que sí es importante, es contribuir a que el colchón donde va a dormir nuestro bebé, proporcione un adecuado apoyo para su cuerpo y su cabeza, evitando la aparición de las plagiocefalias posturales. Para ello, lo mejor es optar por un colchón, específicamente diseñado para esta etapa incipiente del desarrollo. En Colchón Exprés, trabajamos muchos padres concienciados con el buen descanso de nuetros hijos y por ello, somos el primer e-commerce de descanso, con un amplio apartado dedicado a los más pequeños de la casa.
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De entre todos ellos, nuestro favorito es el colchón de cuna Goliath. Se trata de un colchón con núcleo de espumación de alta densidad y poro abierto, que aporta un soporte firme pero adaptable al bebé. Otra de sus características más importantes es que es anti-asfixia, ya que incorpora una funda con malla 3D de bambú, 100% hipoalergénica, que además es impermeable y completamente lavable. Cuenta con todos los certificados nacionales e internacionales, que garantizan su idoneidad entre los más pequeños y además incorpora un sistema de fijación, que permiten el perfecto ajuste de una serie de accesorios opcionales, que pueden serte de gran utilidad en las distintas fases del crecimiento del bebé.
Consulta siempre a su pediatra
Como decíamos al principio del post, lo mejor es consultar con el pediatra del pequeño la conveniencia o no de comenzar a usar una almohada. Y en caso afirmativo, esa almohada deberá ser muy baja y mullida. Serán los propios niños los que hagan uso de ella o no según la necesiten.
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Y si tienes alguna duda o quieres que te asesoremos en la búsqueda de tus equipos de descanso, escríbenos en comentarios o si lo prefieres, llámanos a nuestros teléfono gratuito: 900897956.