Almohadas de plumas como el primer día

Las almohadas de plumas son muy suaves, poco firmes y muy blandas. Para mucha gente siguen siendo su elección a la hora de dormir. Una buena almohada de plumas puede resultar no demasiado económica. Por eso, y por mantener el confort inicial, es importante que realicemos un mínimo mantenimiento de éstas al menos una vez al año.

Cómo lavar las almohadas de plumas

Te vamos a explicar, paso a paso, cómo lavar tu almohada de plumas para que quede perfecta. Lo más recomendable es llevar a cabo este proceso entre 3 y 4 veces al año.

1. Saca la almohada de su funda: Retira tanto la funda acolchada que la acompaña como el protector. Éstos también han de lavarse.
2. Revisa la almohada: Asegúrate de que no tiene ningún agujero o roto por el que puedan salir las plumas. Mira bien las costuras por si hubiera algún descosido que requiera arreglo antes de meterla en la lavadora.
3. A la lavadora: Lo mejor es lavar las almohadas de dos en dos, para que queden algo ajustadas dentro del tambor. Ten en cuenta que al mojarse van a perder muchísimo volumen y a aumentar su peso.
4. Detergente: Pon la mitad o menos de la cantidad que normalmente utilizarías. Procura que sea un detergente líquido, de esta forma evitaremos en la mayor medida posible la acumulación de residuos.
5. Programa: Usa el programa de ropa delicada de tu lavadora. Y siempre con agua caliente (no demasiado) para eliminar la mayor cantidad de ácaros.
6. Aclara dos veces: Si es posible, usa un ciclo más largo de aclarado, o aclara dos veces las almohadas. Así cualquier residuo que pudiera quedar de jabón quedará totalmente eliminado.
7. Centrifuga muy bien: Utiliza la velocidad más alta de tu lavadora. Cuanta más humedad extraigas de tus almohadas de plumas, mejor.
8. Secar las almohadas: Si aún tuviera mucho exceso de agua, pon la almohada entre dos toallas y presiona. Nunca hay que retorcer las almohadas para escurrirlas. Después introdúcelas en la secadora, utilizando un programa suave a temperatura lo más baja posible. Evitaremos así que se dañen las plumas. Lo mejor sería usar un ciclo sólo de aire. Seguramente tardará más en secarse y necesitaremos más ciclos, pero nos estaremos asegurando de que las plumas siguen en perfecto estado. Siempre introduce junto a tus almohadas un par de pelotas de tenis. Esto hará que se mantengan esponjosas y que las posibles bolas de plumas se rompan.
9. Si no dispones de una secadora, pon tus almohadas en un lugar bien ventilado, en plano y sobre algún tipo de rejilla (sobre un tendedero abierto, por ejemplo). Ahuécalas regularmente para que se aireen las plumas y no se queden apelmazadas al secarse.
10. Vuelve a poner su protector o funda limpios de nuevo.