El uso de una almohada adecuada es clave para conseguir un descanso de calidad. Esta debe estar adaptada a nuestras necesidades personales y procurar un apoyo idóneo para nuestra cabeza y cuello. Podemos tener el mejor colchón de mercado, pero nuestro descanso no será completo si nuestra parte superior no recibe el apoyo que necesita. Hoy en día podemos elegir entre una gran variedad de almohadas: almohadas de gel, viscoelásticas, de plumas… Cada una de ellas tiene diferentes beneficios y ventajas.
Elige bien tu almohada para un descanso reparador
El descanso de nuestra cabeza y cuello depende de la elección de la almohada. Si no reciben el soporte adecuado, nuestro descanso no será tan reparador como debería. El cuello puede ser el motivo de muchas molestias, desde dolores de cabeza a cervicales. Y no solo eso, si no usamos una almohada adaptada a nuestro tamaño y forma de dormir podemos provocar problemas tales como los ronquidos y otras dificultades respiratorias. Todo ello hace que no podamos tener un descanso profundo, con microdespertares que empeoran mucho la calidad de nuestro sueño.
¿Qué son las almohadas de gel?
Las almohadas de gel están pensadas para aquellas personas que están cómodas con la adaptabilidad de la espuma viscoelástica, pero que a la vez les resulta calurosa. Al igual que los colchones de gel, las almohadas de gel están confeccionadas con espuma viscoelástica a la que se le añaden partículas de gel que consiguen bajar la temperatura de la superficie algunos grados.
La espuma viscoelástica es un material que desarrolló la NASA como parte de su programa espacial en la década de 1960. Buscaban reducir la presión que los cuerpos de los astronautas sufrían durante las maniobras de despegue y aterrizaje. Es un material que destaca por su adaptabilidad a las formas del cuerpo, su efecto memoria y la termosensibilidad. Así, al usar colchones o almohadas de este material, los puntos de presión causados por el propio peso se eliminan, mejorando la circulación sanguínea, el apoyo y la experiencia de descanso.
Por otro lado, el gel que incorporan las almohadas de gel es un compuesto con unas características especiales. Lo más significativo es su capacidad de regular la temperatura. Absorbe el exceso de calor, proporcionando una sensación de frescor durante la noche. De esta forma, se reduce la sensación de calor y los sudores nocturnos, que pueden ser tan molestos.
Cómo elegir tu almohada
Como decíamos, hay almohadas de distintos materiales. Las almohadas viscoelásticas destacan sobre todo por su gran adaptabilidad y son las preferidas por muchas personas. En cualquier caso, cuando vas a adquirir una nueva almohada hay que tener en cuenta ciertas cosas, entre ellas la postura que adoptamos al dormir.
La postura al dormir
Uno de los aspectos que más determinan el tipo de almohada adecuado es la forma en que dormimos. Dependiendo de si dormimos boca abajo, boca arriba o de costado, la altura, el material y adaptabilidad de la almohada ideal cambia.
Así, las personas que duermen de costado son las que necesitarán una almohada más firme y de mayor altura. Hay que garantizar en todo momento la correcta alineación de cuello y cabeza con la columna vertebral. Por eso, la altura de las almohadas para las personas que duermen de costado debe ser similar a la del ancho de su hombro. Las almohadas de gel son una opción ideal en estos casos, ya que proporcionan un soporte fresco y firme a la vez que adaptable.
Por otro lado, las personas que duermen boca arriba necesitan almohadas un poco más bajas. La almohada correcta será la que permita que el cuello y la cabeza queden en una posición natural respecto a la espalda. No debe de haber tensiones ni posturas forzadas.
Y por último, las personas que duermen boca abajo. Debemos decir que es la postura menos recomendad para descansar, ya que el cuello no puede adoptar una posición natural en ningún momento. Aún así, si es tu forma de dormir, debes hacerlo con una almohada lo más baja posible, o incluso prescindir de ella.