El miedo a la oscuridad, las relaciones con otros niños, el colegio… Los niños también tienen sus fuentes de miedo y estrés y pueden llegar a sufrir problemas para dormir por estos motivos. Siempre es útil conocer algunas técnicas de relajación para niños que podemos enseñarles para llevar mejor esos momentos. Estarás proporcionándoles herramientas muy valiosas para el resto de su vida.
Si los pequeños están tranquilos y son capaces de controlar sus emociones, serán más felices y capaces de descansar más y mejor. Esto, además de afectar positivamente a su salud y crecimiento, hará que durante el día estén más contentos, activos y con ganas de aprender y mejorar.
Existen muchas técnicas que pueden ayudar a los niños a reducir su estrés y ansiedad. Dependiendo del niño, unas funcionan mejor que otras. Lo ideal es ir probando hasta dar con la más adecuada a cada pequeño.
La respiración profunda es una forma natural y efectiva de calmar al cuerpo del estrés diario. Disminuye el ritmo cardíaco, la presión sanguínea y aporta sensación de control. Se trata de una técnica muy sencilla que puede ser realizada por cualquiera.
Basta con hacerle repetir estos tres pasos hasta que el niño comience a sentirse relajado.
La relajación muscular progresiva es una estupenda amanera de liberar estrés. Se trata de tensar y relajar distintos grupos musculares.
Es importante que mientras realiza estos ejercicios, le recuerdes al niño que sienta cada parte de su cuerpo y lo bien que se siente tras relajarlas. El objetivo es llegar a relajar el cuerpo completamente.
Realizar ejercicio de manera regular es una excelente forma de relajación. Caminar, correr, nadar o jugar son el tipo de ejercicios que a los niños suelen gustarles. Incluso poner música y bailar, les ayudará a segregar endorfinas, sentirse más felices y estar más tranquilos.
La risa es una excelente manera de relajarse. Según la clínica Mayo, ayuda a liberar tensiones y relaja el cuerpo. Podéis contar unos chistes graciosos, ver algún programa divertido o poner caras graciosas, por ejemplo.
Escuchar música tranquila es una de las técnicas de relajación para niños más efectivas y fáciles de llevar a cabo por niños de cualquier edad. La música a menudo les ayuda a centrarse.
La interacción con otros hace que el ritmo cardíaco y la presión sanguínea disminuya. Dedica tiempo a abrazar a tus hijos, eso les hará sentirse más seguros y tranquilos antes de ir a la cama.
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