A la hora de adquirir tu nuevo colchón te encontrarás con varias características a considerar. Entre ellas, la densidad viscoelástica recomendada para tu nuevo colchón. Los colchones viscoelásticos son unos de los más vendidos en la actualidad. Sus excelentes propiedades les confieren un confort extraordinario y son los preferidos cada vez por más usuarios de todas las edades.
La espuma viscoelástica es un material desarrollado por la NASA en la década de los 60 para aliviar las presiones a las que se veían sometidos los cuerpos de los astronautas durante el despegue de las naves. No tardó mucho en empezar a utilizarse en el ámbito hospitalario. Se descubrió que la espuma viscoelástica era especialmente beneficiosa para las personas que debían permanecer largos periodos de tiempo en cama. Tras ello, este material dio el salto al entorno doméstico con su uso en colchones. Hoy en día la espuma viscoelástica se utilizar para la elaboración de sofás, sillas, almohadas e incluso plantillas.
Como es obvio, los distintos usos requieren espumas con distintas características. En el caso que nos ocupa, una de las más importantes a considerar es la densidad de la espuma.
La densidad viscoelástica recomendada es un concepto que puede resultar un tanto confuso a la hora de adquirir un nuevo colchón. Aún así, sigue siendo un dato importante que conviene conocer al comprar un nuevo colchón. La densidad de la espuma puede decirnos mucho sobre la durabilidad y el confort de ese colchón.
Lo cierto es, que si bien hay unos parámetros objetivos a tener en cuenta en lo referente a la densidad, hay ciertas cosas que solo podemos elegir de manera individual. Nuestro consejo: contacta con nuestros expertos para que te ayuden a dar con el colchón viscoelástico perfecto.
La densidad se mide en kilogramos por metro cúbico. Este valor dependerá de los materiales utilizados para construir esa espuma en concreto y la proporción de polímeros y aire presentes en el producto. Las densidades habituales para la espuma viscoelástica en descanso van desde los 18 kg/m3. Podemos decir que los colchones con una densidad entre 18 y 40 kg/m3 son de baja densidad. Aquellos con un valor entre 45 y 75 kg/m3 se consideran de densidad media, y las espumas por encima de 80 kg son las llamadas de alta densidad.
Los colchones de menor densidad son más económicos, ya que requieren menos material para su fabricación.
Al adquirir un colchón viscoelástico, es conveniente conocer la densidad de cada una de sus capas. En Colchón Exprés nuestros expertos pueden ayudarte en este sentido. Además, al conocer estos datos tendrás la seguridad de estar pagando lo justo por el producto que adquieres y que realmente cumple con las expectativas que te has marcado.
La densidad también es importante como valor de referencia al comprar distintos modelos y marcas.
La densidad de un colchón no es el único parámetro indicador de calidad. Pero si puede tener un efecto en la vida útil del colchón. Las espumas de densidades bajas tienden a deformarse antes y a diminuir su resiliencia. Esto se traduce en una menor durabilidad. Mientras que un colchón de baja densidad puede mantenerse en perfectas condiciones durante no más de cinco años. Uno de alta densidad mantendrá sus propiedades hasta los diez. Por ello es tan importante elegir un colchón que tenga la densidad viscoelástica recomendada.
Por tanto, quizá merece la pena invertir un poco más en un colchón de calidad que no necesite ser reemplazado tan pronto. En Colchón Exprés ponemos a disposición de nuestros clientes un servicio de financiación de hasta 40 meses sin intereses. Un buen descanso no tiene precio.
La densidad de la espuma viscoelástica influye mucho en el confort del colchón y en otras variables como el tacto y la retención de calor y olores. Las espumas de alta densidad suelen tener un tacto más viscoso. Sobre todo aquellas con propiedades que las hacen aún más termosensibles. A algunas personas esto les produce la sensación de estar atrapadas o hundidas en arena, y encuentran más difícil moverse.
En cuanto a la temperatura, las densidades más altas tienden a acumular más calor ya que contienen menos aire en su estructura. Hoy en día podemos encontrar colchones de alta densidad que incorporan partículas de gel destinadas a mantener una sensación fresca durante toda la noche.
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