Barandillas para camas : Seguridad para los mayores

Cuando los niños son pequeños no dudamos en colocar barandillas para camas y así evitar caídas. Se sienten más seguros y tienen un tope cuando dan vueltas en la cama al dormir. Pero los niños no son los únicos que se pueden beneficiar de la seguridad que las barandillas para camas aportan. Las personas mayores y algunos enfermos también estarán más seguros.

Las barandillas para camas son barreras de diferentes materiales que se utilizan en el borde de las camas. Están indicadas sobre todo para ancianos y personas con movilidad reducida, tanto en entornos hospitalarios, como geriátricos o domésticos. El principal objetivo de estos dispositivos es reducir el riesgo de resbalones accidentales y caídas. También aportan confianza a sus usuarios ya que hay muchos que sufren una gran ansiedad ante la posibilidad de caerse de la cama. Además, y aunque no es ese su fin terapéutico, sirven de apoyo y sujeción para incorporarse y estabilizarse.

Las formas, materiales y medidas de las barandillas para camas de adultos varían en función de las normativas de los países. Es importante adecuarse a éstas, ya que están establecidas para maximizar la seguridad en cada caso.

Para quién son las barandillas para camas

En personas adultas, los casos en los que una barandilla puede ser de utilidad son básicamente dos. Por un lado son adecuadas para personas de edad avanzada y por otro para personas con movilidad reducida o algún tipo de demencia.

Hay que tener en cuenta que nunca debe utilizarse una barandilla para tener a la persona fija a la cama. Puede ser peligroso, además de incorrecto. Lo mejor antes de adquirir barandillas para camas sería valorar con personal sanitario sobre las condiciones de la persona que va a utilizarlas así como el entorno donde lo hará. La barandilla debería ser siempre una ayuda para la persona y nunca convertirse en algo limitante o arriesgado. Las barandillas están pensadas para evitar caídas y ayudar al usuario a levantarse de la cama, nada más.

En el caso de las demencias, hay que asegurarse que las barandillas que se instalen cumplen estrictamente las normas de seguridad. Hay que evitar que el paciente pueda golpearse, quedarse atrapado o hacerse daño.

Nunca hay que interpretar una barandilla como una restricción a la movilidad. No están pensadas ni diseñadas para limitar movimientos voluntarios, sino para ayudar y dar seguridad. En cualquier caso, lo mejor siempre es consultar tanto a la persona que va a utilizarla como al personal sanitario adecuado.

Usar barandillas para camas. Consejos

Las barandillas son complementos para los equipos de descanso y han de utilizarse de forma adecuada. En principio, su finalidad es la de evitar caídas. Para hacer un uso adecuado de ellas, además hay que valorar en conjunto al paciente, su cama, el entorno y las necesidades específicas. Lo mejor, es siempre consultar con expertos.

Para un correcto uso, también hay que inspeccionar de forma regular la barandilla, asegurándonos de que está bien asegurada y colocada. Si vas a instalar una barandilla en casa como complemento para algún familiar, es importante conocer en funcionamiento y montaje para poder solucionar cualquier problema que se presente.

Tipos de barandillas para camas

Vamos a encontrar cuatro tipos de barandillas para camas en el mercado:

• Abatibles: Se recogen hacia uno de los lados de la cama, en paralelo o plegándose sobre si mismas hacia abajo. Son muy prácticas y fáciles de usar, se ajustan perfectamente a la cama y permiten una gran movilidad.
• Telescópicas: Se pliegan como si fuesen un telescopio.
• Fijas: No pueden moverse y son indicadas para personas que no pueden moverse solas.
• Barandillas tipo asa: Son pequeñas barandillas que sirven de apoyo a la movilidad más que de protección anticaída.