¿Qué ha sido de los colchones de agua?

Los colchones de agua fueron un boom durante las décadas de los 70, 80 y 90, su mito tan difundido, llamaba la atención a todos y se convirtió en uno de los productos más demandados en Estados Unidos.

Hoy en día, muchas personas tienen la impresión de que los colchones de agua además de incómodos y caros, no han tenido otro uso mucho más allá del cinematográfico. Pues bien, antes del siglo XIX, culturas como la persa, dormían sobre pieles de cabras que rellenaban con líquido, por lo que podemos decir que fue el primer prototipo de colchón de agua.

Este tipo de colchones puede tener varios grados de estabilización (es decir, más duros o más blandos) que se adaptan a los gustos de firmeza de cada tipo de durmiente, siendo estos últimos los más extendidos ya que al forrarse con una carcasa, tienen el aspecto de una cama convencional. Las capas de estabilización que se incorporan a estos colchones absorben los movimientos del agua y soportan el peso del cuerpo. Podemos dividirlos por tanto en dos categorías: los ‘colchones de agua firme’ que integran mayor número de capas de fibra y los ‘colchones de agua de flujo libre’ que no incorporan ninguna de fibra y son más incómodos debido al ‘mecimiento’ o balanceo del líquido.

Seguramente hemos pensado más de una vez que el uso de estos grandes desconocidos es poco práctico y que están demodé, pero tienen ciertas ventajas y por supuesto, desventajas.

Beneficios de los colchones de agua

Para personas con alergias a los ácaros, este tipo de camas son ideales ya que tienen nula presencia de bacterias.

Sus defensores, mantienen que entre otras muchas virtudes, que al estar compuestos por agua, la presión sobre las articulaciones y sobre la columna pueden desaparecer ya que el agua se convierte en el molde del cuerpo favoreciendo la circulación sanguínea. Ese era en un primer momento el contexto por el que se crearon a finales del siglo XIX, aunque su uso y comercialización llegó en la ya mencionada década de los 70.

Algunos inconvenientes

Aún así, dormir en pareja se hace un poco más complicado, ya que cualquier movimiento que se haga repercutirá en el descanso de la otra persona.

Por otro lado, su cuidado es diferente por ejemplo al de un colchón viscoelástico.

Para su limpieza, se emplea un líquido antialgas, como soporte necesitan un somier especial y además, requieren de un calentador de agua o manta conectada a la luz para que cuando el usuario se acueste, no sienta que reposa sobre el agua de un río en pleno deshielo.

«La temperatura a la que debería de mantenerse es entorno a los 30 grados centígrados"

Por otro lado, es aconsejable disponer de kits repara pinchazos y limpiadores de vinilo para la superficie del colchón que permitirán prolongar su vida útil y conservarlo en buenas condiciones. Este tipo de cuidados hacen que el precio del colchón se incremente y que quizá se haga más pesado de mantener.

Por último, un pensamiento muy extendido en relación a estos colchones es su poca duración, y es que es indiscutible que la vida media de una cama de agua no supera el lustro.

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En definitiva, los colchones de agua pueden tener algunas ventajas pero si observamos la oferta actual existente de colchones y de sus múltiples materiales encontramos en el mercado camas que requieren menos atenciones con un precio más asequible, que además tendrán una mayor vida útil. Algunos materiales como el látex son ideales para aquellas personas alérgicas a los ácaros y los viscoelásticos ayudan a reducir la presión sobre la espalda y las articulaciones. Materiales como el Talalay o el Viscogel suplen esa necesidad, y ninguno de estos deben ser enchufarlos a la corriente para calentarlos.

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