Durante la etapa de crecimiento de los niños, un buen descanso es tan importante como una buena alimentación, así se evitarán problemas relacionados con la salud. Cuando vayamos a comprar un colchón para los más pequeños de la casa hay varias cosas que debemos tener en cuenta como la calidad del colchón. Los colchones de mala calidad pueden tener consecuencias negativas para la salud de los niños.
Al encontrarse en una etapa de crecimiento, los bebés y los niños tienen que tener una correcta postura a la hora de dormir. No debes dar importancia al exterior de los colchones (colores, dibujos, etc.), lo importante es el interior, la calidad y la firmeza de los materiales. Una vez elegido el colchón adecuado, el color lo podemos dejar a cargo de los pequeños.
También es importante elegir un buen soporte cuando los niños pasan de la cuna a la cama. Para disfrutar de una buena calidad de sueño y evitar dolores en la columna, colchones de calidad y con gran durabilidad son siempre la mejor opción.
Un colchón para cada etapa
Pero no todos los colchones sirven para todos los niños, según el peso y la edad, elegiremos un colchón u otro. Cada cuerpo exige un nivel de firmeza diferente, por eso debemos ir evaluando el colchón conforme crecen los niños, así esteramos seguros de que tendrá un descanso óptimo durante todo su crecimiento.
Colchones de cuna
Cuando son bebés lo más adecuado son colchones cómodos, suaves y con un grado de firmeza alta ya que hay que dejar que se adapten a la estabilidad del colchón, además si éste es muy blando producirá problemas en la columna vertebral. Muy importante es cubrir el colchón con fundas impermeables y transpirables para mantener una correcta higiene.
Colchones juveniles
Un colchón juvenil deberá permitir moverse cómodamente al niño durante la noche, deberá ser transpirable, hipoalergénico y con tratamientos antiácaros. Puedes optar por un soporte firme que mantenga la espalda bien alineada; los colchones de muelles son una muy buena opción de compra. Eso sí, los colchones hay que cambiarlos cada 5 años para adaptarlos a las condiciones físicas del niño o niño que se encuentra en plena etapa de desarrollo.
Y recuerda que cuando tu hijo o hija le duele la espalda por las mañanas es un síntoma de que tienes que cambiar el colchón. Además, deberás evitar que los niños le den otro uso a los colchones que no sea el de dormir; jugar, saltar o poner cosas encima que lo deformarán haciendo que lo tengas que cambiar antes de lo previsto.